Al tratarse de una plaga de gran virulencia, lo más importante es detectar precozmente el ataque. Se han investigado técnicas para la detección precoz de los ataques (Ultrasonidos, infrarrojos, cámaras térmicas, etc.), por la complejidad en interpretar los resultados, no han acabado de tener la eficacia que se esperaba, dando falsos positivos, además de tener un coste muy elevado. La recomendación es que se ponga en manos de profesionales cualificados, que puedan orientarlo en el procedimiento a seguir.
Dada la dificultad de la detección del ataque, lo recomendable son los tratamientos preventivos.
Técnicas como la Endoterapia y las Duchas Foliares en palmeras son usadas para prevenir o curar. Los productos químicos autorizados y los tratamientos biológicos ofrecen interesantes resultados en control y prevención de la plaga.
Es importante para conseguir una buena eficacia en el uso de estas técnicas que los tratamientos los lleven a cabo personal autorizado y cualificado.
La poda es una técnica que además de eliminar material seco de la palmera y darle un aspecto estético agradable, sirve para que de un modo directo, se inspeccione la zona meristemática. Podemos encontrar serrín, exudaciones o asimetrías en el meristemo. Es recomendable realizarla en épocas cuando la temperatura está por debajo de los 15ºC, ya que el adulto no suele volar en estas condiciones, permaneciendo en la colonia de una palmera afectada a la espera de mejores temperaturas para salir a infectar nuevos ejemplares.
Al provocar un corte de las hojas, la palmera libera una sustancia volátil, la Kairomona, que actúa de efecto llamada a los adultos que están en vuelo.
No siempre es posible podar todas las palmeras en estas fechas y menos en zonas con ambiente cálido, por lo que se recomienda la utilización de mástic o pastas cicatrizantes para cubrir las heridas de poda y la aplicación de insecticidas en los cortes. La realización de una ducha foliar después de la poda es una práctica muy útil para proteger al ejemplar.