En cada país y hasta en cada región, la legislación es diferente. Desde organismos que controlan a los viveros, productores y comercializadores de palmeras, a los que obligan a notificar la existencia de palmeras afectadas, incluso denunciando a los propietarios, hasta a los que, desbordados por la situación, han hecho abandono de sus funciones.
En el caso de ser evidente la infesta, nuestra obligación pasa por comunicar inmediatamente a los responsables de los ayuntamientos o a los agentes del municipio encargados de dicha materia, el lugar y el número supuesto de palmera/s infestadas, así como la colaboración necesaria para poder realizar los trabajos oportunos según el criterio de las autoridades competentes en Sanidad Vegetal.
Es muy importante poner en conocimiento de los responsables, cualquier tipo de sospecha sobre la posible infesta puesto que la rapidez de actuación en cada caso depende la propagación incontrolada de la plaga, su acotamiento y el control de la misma.
De la misma manera que somos responsables de la vacunación de nuestro perro, somo responsables del tratamiento que se debe realizar a las palmeras, para evitar que sean un foco de infestación de las palmeras vecinas.
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