El daño que observamos en las palmeras es provocado por las larvas, que al alimentarse, realizan túneles de hasta 1 metro de largo. Aunque los adultos de picudo rojo se alimentan de la palmera, no provocan daños significativos.
La gran mayoría de los ataques en Phoenix canariensis se producen en la balona. Las hembras hacen las puestas de huevos en una zona central, cercana al meristemo, aprovechan heridas provocadas por la poda o realizando pequeñas cavidades donde tras alimentarse, ponen un huevo y lo sellan para evitar infestaciones de hongos y bacterias que harían inviable la puesta.
Tras 3 a 5 días, los huevos eclosionan y las larvas penetran hacia el interior, alimentándose y provocando galerías. El comportamiento de las larvas de picudo rojo es errático, por lo que puede haber un gran número de larvas alimentándose en la zona meristemática, sin matar a la palmera, pero si llegan a comer la única yema apical, irreversiblemente, morirá.
Los síntomas más habituales son:
En Phoenix canariensis la sintomatología más habitual es la aparición de hojas comidas. Estas hojas sufrieron el ataque de las larvas del picudo rojo cuando eran hojas inmaduras, que al desplegarse, muestran cortes en forma de cuña. Es importante tener en cuenta que estos daños fueron provocados por las larvas del picudo rojo, varios meses antes de que se desplieguen y sean fácilmente observables.
Las larvas al comer, provocan el corte de las hojas centrales que al no recibir savia, se secan y caen.
Las hojas centrales amarillean y a posteriori caen por el corte provocado por las larvas de picudo rojo. En un primer momento se apoyan en las hojas periféricas, para luego acabar cayendo definitivamente.
Las hojas periféricas caen, por el corte provocado por las larvas de picudo rojo. En este caso, las larvas han comido por la zona secundaria al meristemo, las hojas se desploman, quedando el penacho central en pie.
Restos de capullos entre hojas que pueden encontrase a veces en el suelo.
Al cortar las hojas en la poda, aparecen perforaciones en las tabalas provocadas por las larvas que comieron esas hojas cuando eran jóvenes.
Hojas comidas en la base, con restos de serrín que pueden caer al suelo.
Galerías en la base de las hojas que se desprenden y caen al suelo.
En todos los casos, si no actuamos contra la plaga del picudo rojo, el resultado final es la muerte la palmera. Éste suele ser el aspecto que presenta una vez muerta, previa al desprendimiento de todas las hojas secas.
En todos los casos, si no actuamos contra la plaga del picudo rojo, el resultado final es la muerte la palmera. Éste suele ser el aspecto definitivo que presenta una vez muerta.
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