«¿Tengo una palmera afectada por el picudo rojo?» Cuando esa es la pregunta que uno se hace, la respuesta es sencilla. La solución es un tratamiento de endoterapia para evitar perderla. De la misma manera, este es el tratamiento preventivo más eficaz. Entonces, ¿cómo detectar la plaga?
Para saber si una palmera está sufriendo una plaga de picudo rojo, hay que hacer un reconocimiento visual completo. Estas son algunas de las señales de alarma:
En estos casos, es importante que un experto analice la planta para asegurarse de cuál es el problema. También es crucial saber en qué zonas se encuentra el picudo. Las larvas, que son las que se comen el tronco, se posicionan en las zonas de crecimiento. Es decir, se colocan en las bases de las hojas o en zonas abiertas o blandas, aunque también atacan en la zona basal y lateral del troco. Desde ahí penetran al interior y comienzan a cavar los túneles que acaban con la vida del árbol.
El picudo rojo se reproduce rápidamente. En tres o cuatro meses, completa el ciclo desde el huevo hasta el final de su vida. Por lo tanto, cada año, pueden nacer tres o cuatro generaciones distintas. El número de huevos que pone cada hembra oscila entre los 300 y los 400. De esta manera, en todas las épocas del año pueden encontrarse picudos en cada uno de los periodos de crecimiento. Así, cuando se localizan huevos, es casi seguro encontrar larvas, pupas o capullos y escarabajos. Con esta velocidad reproductiva, una vez que el picudo llega a un área, puede colonizarla rápidamente.
Es básico saber que no hay formas de acabar con este coleóptero, a menos que se intervenga con un tratamiento específico. Cortar las hojas o las palmeras al completo no soluciona nada. En la actualidad, el tratamiento más eficaz se denomina endoterapia. SOSPALM lo aplica siguiendo los siguientes pasos:
Cuando aparecen las señales del picudo rojo puede que sea ya demasiado tarde para salvar a la palmera. Por eso, los tratamientos de endoterapia de SOSPALM deben aplicarse también de manera preventiva, aunque también es efectivo en palmeras afectadas, siempre que las larvas no se hayan comida la yema apical.